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  • Francisco Álvez Francese / Gastón Haro

8. La Casa


Sobre “Sitios abandonados” (Sitios abandonados, 1979), “La casa sin puertas” (Al oído del hombre, 1970) y “Respuesta de retratos familiares” (Llamarlo y despedirlo, 1976), de Concepción Silva Bélinzon

No soy digna de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. Dios es esa cosa de silencio, la voz en movimiento, el tedio de la espera. Como Dios, los verdaderos poetas no dependen de las grandes palabras. No se subordinan al prestigio de cierto sustantivo, a la cualidad supuestamente poética de un verbo. No temen a las frases hechas o a soltar clichés con irresistible ingenuidad. Van escribiendo versos y esos versos tienen ya el poder de lo sagrado. Las puertas están abiertas para los animales o para los ángeles. La casa es un oratorio en la piedra magnética del altar del sacrificio. La casa es la letra y su verdadero significado, que no podemos conocer. El poema transforma, a quien lo escribe, a quien lo lee justo en la cesura. Es sacrificio, siempre abriéndose a la muerte, a la resurrección. Siempre “inaugurando” algo, en lentos golpes de rima, como gongs al final del verso, la pauta del soneto. Silva Bélinzon puede ver las magnolias del árbol de la Idea, por eso sabemos que existe. Recibe la penitencia de sus gajos, cuelga como Grimnir, el enmascarado, y admira fulgurada la Visión de Todo. Sigue y ve sólo los ojos del Señor, siente su mano en el costado, el olor delicado de los espectros. Sabe que los dioses son los muertos y rinde honores a la Imagen, a esos altos Coroneles que le dieron nombre y destino. Se persigue en corredores familiares de rencores, de licores y de tigres. Conoce las traiciones, al que sonríe con el cuchillo bajo la capa, la música extática de la purificación. Y limpia todo, en un gesto de servicio y amor. Por eso todo está quieto: esperando al Huésped. Las camas en silencio, “bien tendidas” y sin razones. ¿Qué motivo precisa el Primer motor inmóvil? Ella no pregunta, se sabe imperfecta, pero presiente la luz imposible de la nada. Repite el mantra de no repetirse porque se sabe incompleta, porque rezar es moverse y porque lo que se dice perdura. Espera encerrada el gozo entre espejos, en el reflejo del fuego de la zarza ardiente lee y levanta sus templos de adoración, discretas capillas al borde de los caminos, unas cuantas líneas paralelas en la página.

Sitios abandonados

Sitios abandonados, mi trabajo,

estoy inaugurando otra existencia;

porque ya recomienza muy abajo

repito millonaria esta presencia.

Fe de revelación en mi demencia

fresca y eterna de magnolia un gajo;

llenar de amor, olvido y penitencia

gemir de aquella flauta, ya no atajo.

Apenas son dos ojos que persigo

no me reservo nada, cada día

cumpliendo con mi oficio voy contigo.

Son apenas dos manos, son mil puertos

un pájaro flirteaba y se desvía

y todo comenzó sobre los muertos.

La casa sin puertas

Habrá palabras nuevas sin cantores

y es preciso buscarlas bien ligero;

también sobrevivir sobre traidores

y el salto del poema lo primero.

Viejo olor a familias y a rencores

mañana no será como yo quiero:

largas mesas provistas de licores

no es bueno repetir como el portero.

No es bueno repetir lo que está dicho:

para qué, para qué morir de peste

no es lo mismo la nada sin capricho.

Puerta no tengo miedo puerta puerta;

y si acaso me escucha me conteste

entre vidrios oscuros descubierta.

Respuesta de retratos familiares

Este largo viajar me desagrada

solamente grito

contradicciones

la nada luminosa iluminada

para explorar montañas

no hay razones.

No hay ninguna criatura bien cuidada

y se escuchan mejor conversaciones;

la ciencia con violencia

está apoyada

y una hoguera prendida en los cedrones.

Una magnolia eterna

yo adivino:

no borran mi escritura los altares

sin máscaras de tigre mi destino.

Por los cuartos antiguos,

mariposas,

respuestas de retratos familiares

las camas bien tendidas silenciosas.

 

El texto y los poemas recitados por Francisco:


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