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  • Valentina Leoncini

La moda poética, por Paraíso Fiscal


Recuerdo una vez de niña, muy niña, cómo bajaba corriendo las escaleras de mi edificio... baldosas frescas y ladrillos rojizos y resbalosos, con una pizarra bajo el brazo y una mochila con dos útiles fundamentales: marcadores fijos y toallitas femeninas. Ambas cosas las tomaba prestadas de mi madre, que, por supuesto, nunca lo supo.

Poníamos la pizarra sobre el parrillero y en la mesa se sentaban las alumnas. Me divertía mucho. Casi siempre yo era la maestra porque proponía el juego. Con los marcadores escribía y las toallas femeninas eran mi borrador. Recuerdo muy bien la sensación el día que las descubrí: las encontré en el canasto del baño mientras buscaba algodón. Todavía no sabía muy bien qué era eso del desarrollo, menos que eso que yo usaba de borrador era una especie de esponja plana que se pegaba en la bombacha de mi madre.

Orgullosa saqué por primera vez de mi mochila, delante de mis alumnas, mi hermoso borrador descartable y curvilíneo, tan delicado y tan blanco. Me sentí moderna. Mi borrador era perfecto porque se pegaba a la mano, entonces ni siquiera había que agarrarlo, y borrabas acariciando la pizarra. Durante varios años la toallita, adherente, siempre libre o absorbente no era nada más que un simple borrador; el nombre se lo daba su función, y su única función era la de borrar. Listo.

En realidad, en todos estos años, no había pensado mucho en esto. Pero enseguida entró el recuerdo en plano cuando Pao Castelli, sentada en el sillón de mi casa, charlando sobre el lenguaje, me dijo: “Tiene que ver con la libertad. No sé cómo explicarlo ahora, bajarlo a una sola línea. La libertad no es poder elegir entre las cinco cosas que te dieron, la libertad es mirarte y preguntarte qué tenés ganas de hacer con todo lo que existe, aceptando que no tenés las respuestas”.

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Pao egresó de la carrera de Producción y Comunicación de Moda de la Escuela de Pablo Giménez. Trabaja como estilista y vestuarista y en otros acercamientos de la vestimenta como lenguaje. Del intento de hacer algo único es que nace este concepto de rotación, un universo que no busca innovar desde la materia y su terminación, sino que juega con el significado de los objetos, dando, por ende, formas únicas como resultado.

Lo único que sé de Paraíso Fiscal es que es una idea que Pao comparte con su amiga Cami Hergatacorzian; más que una idea es una pregunta, y su resultado es el juego de las infinitas respuestas. En esta lógica las reglas cambian: hay muchas cosas que antes no podían ser, o que mejor dicho, eran solamente una cosa. Sin entrar en el túnel seductor del dilema, muy astuto, que sostiene que somos prisioneros del lenguaje, después del encuentro me quedé pensando en que para comunicar están las palabras, y cuando no alcanzan, llega la música, el cine, y las historias en todas sus infinitas formas y movimientos. Decir, mover y vestir.

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Los accesorios es lo que le está pasando ahora a Paraíso Fiscal, pero puede que le sucedan otras cosas. Un aura ochenteramente lúdica y arriesgada que, evitando las sombras de colores, invita a una estadía en los huecos del mensaje. Aparentemente, ahora es conocida como una marca que tiene un instagram sin fotos y que crea caravanas. No es precisamente reciclaje o sustentabilidad; este movimiento es de rotación. Por lo tanto, si yo te digo, por un lado:

Aro pieza

perla piedra,

ojal.

Tornillo.

Diamante bronce

dorado opaco,

cadena.

y por otro:

Bisagra piedra

tenedor cuchara,

alicate.

Peine dorado

campana fino,

peineta.

te estoy contando cosas diferentes bajo la misma forma. La forma es caravana: la primera más convencional, la segunda es Paraíso Fiscal. En esta cuestión del qué y del cómo las historias no comienzan ni terminan, sino que continúan...

Me gusta hacer cosas únicas, particulares. Y el traslado de símbolos me funciona, me da ese resultado. Esto ahora es un accesorio, pero también es un llavero que vino al mundo, entró en un lote, y llegó a una tienda para ser vendido como llavero. De esta manera, participo en las historias de los objetos y, lo más divertido, cambio su rumbo.

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Hay un punto de partida claro en la comunicación y en el juego con el lenguaje. A veces siento que es tendencia no dar sentido y cuestionárselo todo, pero ¿qué diferencia tiene eso a dar sentido y respondérselo? Mirar la moda desde la comunicación ayuda a entender la historia y a no quedarse en el juicio básico de si eso “ya existe”, porque, amigos, creo percibir que los 90 fueron la última época de piezas inventadas.

Las piezas conviven en el gran híbrido de la actualidad y se resignifican formando universos. Claro está que la réplica existe, pero antes del juicio sería hermoso tener en cuenta dos cosas: la calidad y su estilismo, y así en la moda y en el arte preguntarse: qué es, cómo se comporta y con qué convive. Y ahora que pienso, ni que estuviésemos hablando de la inteligencia natural.

Las ideas están en el aire, están acá y están en otros lugares. Muchas veces pasa que las cosas coinciden con una diferencia de tiempo; a eso enseguida, vulgarmente, se le llama copia. ¿Pero qué pasa cuando la idea es de uno de nosotros, y al poco tiempo una marca europea grande hace exactamente lo mismo? En definitiva, sea en Europa o en América Latina, todos consumimos visualmente lo mismo, y compartimos más o menos las mismas referencias, lo cual no significa que lleguemos a usar las prendas que vemos, pero si que forman parte de nuestro “yo” imaginario. Es muy probable, entonces, que lleguemos a lo mismo. Si existe otra cuchara que es una caravana, lo que pienso es: qué bueno que te diste cuenta que tenías esto en tu casa y lo podías usar de esta forma. No pienso directamente en la copia o en el robo, si no que me siento feliz de que hayas hecho la conexión. Por eso Paraíso Fiscal es una idea, una creencia.

Desde lo que pasa en el mundo el camino es hacia dentro, para luego hacia fuera crear, operar y transformar. Siempre llegando junto al otro, claro, y siempre entonces pasando primero por uno. La capacidad de resignificar es también el poder de elegir, y preguntarse de verdad qué es lo que te gustaría vestir o lo que cuelgue en cada extremo de tu rostro no está para nada mal, y puede hasta representar la vivencia y la mágica sensación de que tus ideas están colgándose de un nuevo lugar.

 

Para saber más de Paraíso Fiscal:

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La nota recitada por Chicho:


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