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Sino fotografías

Agustín Fernández Gabard




La fotografía al servicio de la música es algo que estamos muy acostumbrados a ver, desde las mejores fotos de conciertos -esas que nos hacen sentir algo parecido a la música que estaba sonando- hasta las selfies, que nos transmiten que esa persona estuvo ahí. Como fotógrafo, la música ha sido una temática recurrente desde mi primera cámara; anduve por conciertos en sótanos oscuros hasta festivales multitudinarios, incluso la primera foto que me publicaron en un diario fue del último concierto de Eduardo Darnauchans. Este cruce de pasiones me llevó a prestar especial atención cada vez que una canción mencionaba a la fotografía, y empecé a preguntarme: ¿qué nos dice la música sobre la fotografía?, ¿podemos hablar de fotografía desde la música?



Para intentar responder estas preguntas, armé una lista de canciones que como mínimo en alguna estrofa le dan un lugar relevante a la fotografía. Hablemos de fotografía desde la música.




Eduardo Darnauchans en la Sala Zitarrosa, noviembre de 2006.




El tres por cuatro en la foto

Más allá de la diversidad de ritmos e idiomas, todas estas canciones se refieren a la fotografía documental, esas fotos hechas con la intención de que la imagen sea una representación creíble de lo que había delante del lente, una persona, una manifestación, un paisaje, un concierto. A diferencia de la pintura hiperrealista, la parte mecánica del hacer fotográfico deja de lado la subjetividad del fotógrafo/a y prioriza su utilización como representación de la realidad.



Estándares establecidos llevan a que usemos fotografías para nuestros documentos de identidad. Seguramente antes de los teléfonos-cámara las fotocarnet eran el formato más popular. El polifacético artista argentino Leonardo Favio mencionaba este tipo de foto en su canción “La foto de carnet”: “Y cuando llegue al fin, el muchachito aquel que te ha de enamorar y se enojará al ver que conservas de mí la foto de carnet, bésale y dile que fui solo una ilusión”. El cantante brasileño Belchior también hace referencia a las fotocarnet. En su canción “Fotografía 3x4” narra el periplo de un joven que llega a la gran ciudad y es detenido por un guardia de seguridad que examina “el tres por cuatro en la foto”.



Como representación de una realidad que siempre es pasada, la fotografía documental está naturalmente atada a la memoria, “la foto no es más que el miedo a no acordarme”, canta Pata Kramer en “Lente”. Una asociación similar hace Laura Canoura en “Fotograma en blanco y negro” al pedir que “no me olvides, no te olvides de mí, no te olvides de regar mi jardín”. También la que hace Daniel Johnston, ya desde el título, en “Algunas cosas duran mucho tiempo”: “Tu foto todavía está en mi pared, los colores son brillantes, brillantes como siempre”, y en el mismo sentido Lisandro Aristimuño canta en “Vi tu foto”: “Vi tu foto del lado de la pared, vi tu foto y no soy capaz de olvidarte”.



Pero también la foto sirve para comparar con la actualidad y ver el paso del tiempo: “Vivir es cambiar, en cualquier foto vieja lo verás. ¡Chau, no va más!”, dice la letra de “Chau… no va más…!”, de Homero Expósito, interpretada por Roberto Goyeneche. Una utilización similar hace Luis Eduardo Aute en fragmentos de “Queda la música”: “Miro el instante que ha fijado la fotografía, ríes con la timidez de quien le avergüenza la risa”, “nada queda en ese trozo de papel, todo es alquimia; veo que es la prueba más veraz de que todo es mentira”.




José Gonzalez en La Trastienda Montevideo, noviembre de 2016.




No quiero tu foto en mi celular

Una serie de canciones nos permiten ver, o escuchar, más de un siglo de evolución fotográfica. El punto cero podría ser “Flashbulb Eyes” (ojos de flash), de Arcade Fire, cuando se preguntan: “¿Qué pasaría si la cámara realmente robara tu alma? ¡Oh, no!”, esa antigua superstición de algunas culturas que rechazan completamente a la fotografía. Luego, podemos viajar a los carnavales de Cádiz para una referencia a los tiempos del blanco y negro y los primeros flashes, los de magnesio: “Y en La Bombilla, señores, me dio a mí la chaladura, por conquistar a un fotógrafo de esos de cámara oscura, y en el baile le decía, en medio del balanceo: ay, Nemesio, ay, Nemesio, hazme un retrato al magnesio”, de “Bulerías de La Bombilla”.



En 1935 Kodak desarrolló la primera película fotográfica en color, Kodachrome. Años más tarde, Simon and Garfunkel se encargarían de homenajearla en su “Kodachrome”: “Nos dan esos lindos colores brillantes, nos dan los verdes del verano”, “conseguí una cámara Nikon, me fascina sacar fotos, así que, mamá, no me saques mi Kodachrome”. La película color a bajo precio y las cámaras compactas masificaron la fotografía familiar. The Kinks en “Picture Book” (álbum de fotos) nos recuerdan ese objeto que atesoraba la historia familiar en cualquier cajón: “Álbum de fotos, fotos de tu madre, sacadas por tu padre hace mucho tiempo”. Algunos tenían gran nivel de producción, con separadores para no estropear las fotos o también estaban los simples que entregaban las casas de revelado, todos ellos suplantados hoy por cataratas de fotos en los grupos de whatsapp.



Siguiendo con las fotos familiares, el cantante español El Fary (el favorito de Torrente) tiene “La foto de mamá”, en la que le canta a un hermano distanciado: “Qué bonita casa acabas de comprarte, grande y lujosa”, “qué bonitos cuadros adornan sus paredes”, para luego reprocharle: “Pero la foto, ¿esa foto dónde está?, la foto de mamá, ¿dónde la tienes?”.



En nuestra era digital y de los teléfonos-cámara, el cantante de The Killers canta en “Here With Me” (aquí conmigo): “No quiero tu foto en mi celular, te quiero acá conmigo”. Y llegando al uso masivo actual de la fotografía en las redes sociales, la canción “#Selfie”, de Chainsmokers, narra una situación de amigas en una fiesta, en la que una de ellas le pide a las otras antes de salir a fumar: “Quiero sacarme una selfie, ¿me ayudan a elegir un filtro? No sé si debería elegir el XX Pro o el Valencia, quiero verme bronceada, ¿qué texto le pongo? Quiero algo inteligente”.



Ni una fotografía

Dentro del enfoque documental que encontré en las letras de las canciones la temática principal es la de las relaciones amorosas, algo que se puede notar en las ya mencionadas. La cantante Margo Guryan demuestra tener claro el vínculo de la fotografía con la memoria y cierta sospecha de que su relación se complique. En un fragmento de “Take a Picture” (sacá una foto) dice: “Días soleados, momentos felices, sacá una foto para que podamos recordar cómo se siente amarnos, por si vienen días nublados”. Si sos músico, surfista y vivís en Hawaii, la vida te sonríe. Jack Johnson en su canción “Pictures of People Taking Pictures” (fotos de gente sacando fotos) se imagina junto a su pareja “al final del tiempo, sosteniendo una cámara hacia nuestros ojos”.



Pero las que realmente abundan son las canciones de desamor, la foto como presencia de la ausencia. El colombiano Juanes y la canadiense Nelly Furtado compusieron juntos “Fotografía”: “Cada vez que te busco, te vas, cada vez que te llamo, no estás. Es por eso que debo decir que tú solo en mis fotos estás”. Puede que se hayan inspirado en “Photograph” (fotografía), de Ringo Starr: “Cada vez que veo tu cara, recuerdo los lugares a los que íbamos, pero ahora todo lo que tengo es una foto y me doy cuenta de que no volverás nunca más”.



Volviendo a Colombia, Bonny Cepeda fue bien concreto en “Una fotografía”: “Una fotografía fue lo que me quedó de aquel bello romance, que aun no olvido yo”. Algunos no se toman tan bien las ausencias: “Yo romperé tus fotos, yo quemaré tus cartas, para no verte más”, cantan los argentinos de La Mosca en “Para no verte más”. En el otro extremo tenemos al italiano casi uruguayo Maximiliano Angelieri, que con su banda Exilio Psíquico se lamenta en “Foto”: “No tengo ni una fotografía para los días de lluvia, no tengo ni una fotografía para mirarla, amargarme y deprimirme”. Y no faltan los amores imaginarios; el del joven que se sentía mal y se enamora de “Las fotos de Lily”, canción original de The Who, versionada por Ataque 77: “Las fotos de Lily me hicieron vivir feliz, las fotos de Lily me ayudarán a dormir, las fotos de Lily borraron mis problemas, las fotos de Lily me hacían soñar”.



Del millón de fotos que caben en la vida

The Who no son los únicos que dedicaron canciones a fotos específicas. REM en “Photograph” (fotografía) dicen: “Encontré esta fotografía, debajo del vidrio roto del portarretratos. Delicada cara en blanco y negro, hermosa, una mirada encantadora”. Juan Carlos Baglietto en “Fotos del mundo”: “Del millón de fotos que caben en la vida, la de Gardel buscando la cruz del Sur en el cielo de los Estados Unidos es la foto más querida”, y sin mencionarlo directamente Eduardo Darnauchans en “Flash” describe una fotografía: “Hay un cielo limpio de jazmines detrás de vos, y la plata suave de tu frente duplica al sol, guarda tu boca el pliegue francés de la cosmética de Mallarmé”.



Yo te vi fotografiar

Enfocando un poco más todavía tenemos un conjunto de canciones dedicadas a fotógrafos/as. Socio en “Click, click, click” canta: “Yo te vi fotografiar, trazos mayas junto al mar”, “y solo al revelar tus fotos en papel, yo pude comenzar, comenzar a entender”. Los galeses de Manic Street Preachers le cantan al histórico fotoperiodista sudafricano “Kevin Carter”: “Hola, revista Time, hola, premio Pulitzer, cicatrices tribales en tecnicolor, hora del Bang Bang Club AK 47”. La banda inglesa Alt-J dedica su canción “Taro” a Gerda Taro, la fotógrafa de guerra, compañera del fotógrafo Robert Capa. Describen la muerte de Capa en Indochina al pisar una mina antipersonal y lo que Gerda sentiría si presenciara ese momento fatal.



En Uruguay Jaime Roos dedica “Postales para Mario” a su amigo y fotógrafo de varios discos Mario Marotta: “Buscando afiches rotos, revelando intenciones, viendo crecer las fotos, enmarcando canciones, amigo, te estás poniendo serio y yo contigo”. Al poeta y músico uruguayo Aníbal Sampayo en su canción “El río no es solo eso” le alcanzó con media estrofa para ilustrar una larga discusión ética en la fotografía y el fotoperiodismo. “Usté que ha venido pa’ fotografiar, no haga de mi suerte solo una postal”, dice el humilde pescador que protagoniza la canción. En este caso, la postal no haría otra cosa que romantizar la vida del pescador, una linda foto para adornar cualquier pared. Pero el pescador le pide colaboración al fotógrafo, que su imagen sea de denuncia, una imagen que incomode y que ayude a sensibilizar.



En el polo opuesto del fotoperiodismo están los paparazzi. Jorge Drexler les dedica una crítica canción, “La plegaria del paparazzo”: “Que el pulso no me tiemble en el último instante, que el foco no pierda detalle de los dos amantes”, “tú que creaste la prensa basura, señor, bendice a este teleobjetivo”.



Y para cerrar este texto, dos definiciones de fotografía que encontré en canciones uruguayas. “Vals”, de La Trampa: “Fotos, luz de recuerdo encendida, vuelve un fantasma otra vez”, y “ahora que no hay nada sino fotografías, cartón donde la vida es rosa imaginada”, de Eduardo Darnauchans, en “Final”.




Montevideo Rock 2017, diciembre de 2017.





 



La nota recitada por Agustín:


 


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