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Toxiques

Gera Ferreira / Katya Peralta










Te quiero te amo te calmo te mimo te cuido te suelto te celo te cago te meo te garcho te tiro te dejo y te voy a buscar / te mimo te arropo te tierno te veo te río te amaino te miento te culpo te parto te mato y te traigo a la vida una vez más / te vicio te cuido y te celo te bajo y te elevo te admiro te odio te apoyo y te doy para atrás / te atajo te ultrajo te curo te limpio te aguanto te asusto te anulo te aliento te siento te viento te compro aquello que tanto deseás / te chupo te lamo te beso te muerdo te acabo te inyecto te clavo te rompo te quiebro te hundo y te saco del pedestal / te abrazo te banco te añoro te quemo te canto te lloro te grito te suelto te increpo te empujo y te mando a cagar.










El marcador señala, resalta, serpentea sobre la superficie plana. Garabatea y borra, tacha, subraya el error en el reflejo, la pena, el cuenco. Insiste en ocultar lo que está, la furia, lo negro de la verdad, implacable en su ejecución. El marcador se galantea ante las lapiceras, yerto, duro, grueso, descartable como un cuerpo, detestable como un sueño trunco que me hace despertar ahogada en toxina. Lo tapo después de usar, lo guardo en posición horizontal, erecto sobre el pezón que anula, permanente o de agua, con trazo dispar, como la huella de una serpiente que huye entre mis dedos, despavorida. El marcador envenena el gesto de forma virulenta, critica la piel, lacera, es el instrumento del primer borrador, es el verdugo que apunta a la confianza. El marcador recorta el plano virtual de la selfie, rotula la conciencia a base de alcohol, contra la virtud y el sexo, falsea mis deseos, impune, perentorio, definitivo, como un dios rencoroso que solo es dueño de un impulso, apenas voluntario, el de mi mano que lo empuña, este cuchillo, este falso paraíso de tinta que me interpela.










Últimamente, habrás oído hablar sobre la dieta detox y sus beneficios [y sus contraindicaciones y sus consecuencias], pero puede que todavía te preguntes en qué consiste [, si es que aún te interesa la poca salud que te queda]. El término detox alude a un “proceso en el que alguien [vos, yo, el vecino, tu vieja] se abstiene o elimina de su cuerpo sustancias tóxicas o poco saludables [, aunque todo depende del concepto de salud al que nos apeguemos. Llegado al caso, manejate]”. (Diccionario Oxford, [2021]).



No es algo que se haya inventado ahora ni mucho menos [no, por favor, la idea de purgar mágicamente nuestros intestinos existe desde épocas inmemoriales, tiempos de escabio dignos del mismísimo Baco], ya que antiguamente se hacían curas y retiros de ayunos, [que no eran otra cosa que la forma que encontraron los ricos de combatir la resaca]. Depurar el cuerpo es una práctica con siglos de tradición y que ha demostrado aportar beneficios muy saludables al organismo. [De modo que si la posibilidad de cagar te parece copada, esto probablemente supere tus expectativas, o no, provocando que se te atrofie el sistema digestivo por tiempo indeterminado].



[No temas.] Las dietas detox a base de zumos depurativos han recuperado popularidad durante los últimos años debido a sus efectos visibles, tanto físicos como mentales [y esa frase no tiene remate]. Las mezclas a base de ingredientes orgánicos (frutas, verduras, cereales, superalimentos [¿qué?]) están especialmente recomendadas para limpiar el organismo y eliminar toxinas, obteniendo un efecto “cleansing” [presumiblemente descontaminante, como cuando formateás la máquina porque creés que eso la hará funcionar mejor, pero ups, cuando instalás de nuevo todo, no es que cambió mucho la cosa], a la vez que se incrementa la absorción de vitaminas y sustancias antioxidantes[, porque una oración que contiene la palabra vitamina es forzosamente bien intencionada y otorga credibilidad a quien lee y escucha]. Una dieta detox a base de zumos sirve para una larga lista de cosas, entre ellas:


  • Perder peso de manera [cuestionablemente] saludable.

  • Recuperar la vitalidad de tu cuerpo [, es decir, meterle un licuado al galope para terminar de derruir lo que todavía queda en pie, con la finalidad última de justificar el envío por Whapp de una selfie con tu mascarilla de barro preferida].

  • Comenzar un nuevo estilo de vida, mucho más saludable [, en el que se incluya no aumentar bajo ningún concepto el salario de tu empleada doméstica que, además de cocinar, se encarga de criar a tus hijos].

  • Reducir el cansancio y la fatiga, favoreciendo un mejor descanso [, tal como sucede cuando fumás porro, solo que el porro es infinitamente mejor].

  • Lucir una piel tersa e hidratada [, ya que el color verde produce la sensación de estar tomando algo de verdad saludable, porque es verde y tanto a la maestra de 5to de escuela como a Diego Torres siempre les gustó ese color, y así nos lo hicieron saber].



Una dieta detox es adecuada en muchos momentos pero, principalmente, después de vivir períodos de excesos como vacaciones, fines de semana, fiestas familiares [, una cola en el bps para tramitar el seguro de desempleo, darte cuenta de que te quedaste sin queso rallado en la heladera, o que alguien en Macedonia hackeó tu cuenta de Netflix], etc. En fechas así tendemos a aumentar el consumo de alimentos menos saludables y de azúcares [, como era de esperarse]. De ahí que el lunes sea un día perfecto para el cambio de chip que el cuerpo necesita y comenzar una dieta detox [, para restaurar el mito, ya derribado, de que sí o sí “el lunes empiezo”.] Gracias a una dieta de zumos detox podrás:


  • Sentirte más ligera [sin que esto implique un juicio gordofóbico].

  • Incrementar tus niveles de bienestar y vitalidad [, ok, sorry, that escalated quickly].

  • Ayudar a regular tu tránsito intestinal [, lo dicho, cagar].

  • Mejorar tu aporte nutricional [, lo dicho, vitaminas].

  • Disfrutar de un mejor sueño y descanso [, lo dicho, porro].

  • Resetear tu cuerpo sin poner en riesgo tu salud [, lo dicho, instalar Windows de nuevo en la máquina male sal].



[Así que:] Nada de azúcar [ni ron]. Nada de gluten [ni soja]. Nada de verduras fermentables [ni fundamentales]. Nada de alcohol [ni tabaco, ni sexo, ni amigues, ni porno de animes japoneses]. Con esas premisas en claro, quien así lo desee y necesite, podrá emprender sus tres días de detox para “limpiar” el sistema digestivo. [Sí, olvidé mencionar que son tres días de esto que viene a continuación:]



La dieta

Desayunos y meriendas

–Una tostada de pan gluten free [cubierta con mermelada de gallo] + un huevo [de dinosaurio bebé] a la plancha + un té verde con leche baja en lactosa [y melosa].

–Una fruta (banana) [+ un puñado de pinocha del patio, a voluntad].

O si no:

– Dos galletas de arroz con una cucharada de palta [o, en su defecto, sobre dos cachos de Espuma Plast de 2 cm] o dos fetas de jamón natural [proveniente de Kriptón, patria de Superman y de Artigas]. Té o mate cocido [bien cocido].

– Una fruta (kiwi) [servida junto a un huevo duro hervido en una olla junto a un calzón].

Almuerzos

–¼ de plato con carne de vaca, pollo o pescado [o de mantarraya criada preferentemente en cautiverio y en peligro de extinción, para obtener un mejor sabor] + ½ plato de vegetales cocidos + dos rodajas de calabaza o batata cocida [atención: no confundir la calabaza o batata con vegetales, que son derivados del petróleo].



Cenas

– Sopa de zanahoria o de calabaza [o de fibras extraídas del sofá] + una tortilla de espinacas preparada con un huevo [o con suero de huevo o con algo que lo reemplace, porque siempre debe haber huevo y porque el orden de los factores no altera la cena].

– [E]Wok de verduras y pollo [bien rellenito y simpático, preferentemente de 10 años de edad y con poca vida en la selva].










Vomitar

Del lat. vomitāre, intens. de vomĕre.

1. tr. Arrojar violentamente por la boca lo contenido en el estómago.

2. tr. Y viceversa, anidar en el estómago aquello que la boca ya no puede contener. Vomitar es como escribir, solo uno puede ver ese invisible enchastre. Y cada palabra es una arcada: uno nunca sabe lo que de allí saldrá, y lo sabe en realidad.

3. tr. Proferir injurias, dicterios, maldiciones. Decir lo que se piensa, sin filtros. La sinceridad es un vómito. Cuantos más trapos se utilicen para limpiar, más verdades fueron dichas, proferidas en el trance.

4. tr. Declarar o revelar lo que tiene secreto y se resiste a descubrir. Confesar lo que se atesora o lo que se padece; reflejarse en ese milagroso charco de amor propio.

5. tr. Buscar el ángulo correcto para desembuchar la pena, el agobio. Descubrir las manos sosteniendo el peso del castigo en las rodillas, la declinación, el error, la náusea, el aprendizaje. Allí, en ese simulacro de la muerte, está todo.




 



El texto recitado por Gera:




 





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