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Little Butterfly Records


“Obras fundamentales de la música uruguaya recuperadas y reeditadas en vinilo con alta calidad”

Little Butterfly Records es a la vez un sello discográfico, una tienda de venta de discos de vinilo y un emprendimiento que tiene como misión recuperar obras fundamentales de la música uruguaya. Nos encontramos con Mauro Correa —uno de los socios del proyecto— para conversar sobre la concepción, el nacimiento, el desarrollo y el futuro de este pequeño lepidóptero que no tiene intenciones de morir rápidamente.

Huevo (Un lepidóptero comienza su vida como un muy pequeño y redondo huevo.

Lo curioso de estos huevecillos es que si se los mira de cerca se puede apreciar

la pequeña oruga que crece en su interior)

—El proyecto Little Butterfly arrancó hace varios años —cuenta Mauro—. Con mi amigo Teddy Volpe vendíamos discos de vinilo en la feria de Tristán Narvaja y estábamos muy metidos en el coleccionismo. En un momento empezamos a delirar con el proyecto de un sello; se nos ocurrió el nombre y el primer paso fue poner una disquería en Galería Andfor. Esto fue en 2006. Luego nos trasladamos para la Aduana, a una zona bastante alternativa en la que había tiendas de diseñadores independientes. Después la disquería se disolvió y el proyecto quedó un tiempo sin rumbo.

Mauro está vinculado al universo musical desde muy joven. A mediados de los 90, formó con sus amigos de Las Piedras la banda Pirexia, autodefinida como “enojado y melódico hardcore punk do it yourself desde Uruguay, Sudamérica”. Para Mauro, el hardcore es algo mucho más grande que un género musical; se refiere a él como un camino, una filosofía y una ética. Con la idea de editar sus trabajos y el de bandas amigas, crearon un sello propio.

—Yo vengo haciendo movidas de sellos independientes desde el 97. Tenía Inocencia Discos, que era el sello de mi banda Pirexia. Ahí editamos a grupos como Malas Influencias, Depresión Adolescente, SetiembreOnce, Tremenda Bellota, y a Cucsifae y Eterna Inocencia de Argentina. Es un sello do it yourself 100%.

Oruga (Cuando el huevo eclosiona, la oruga se come la hoja en la que ha nacido.

La selección de la hoja en la que se pone el huevo es muy importante pues a cada tipo de oruga

le gusta solo cierto tipo de hojas)

En 2009, Señor Faraón (Ismael Varela) tenía pronto su disco Siguiendo al rayo. Mauro lo escuchó y la vieja idea de armar el sello resurgió.

—Le propuse a Faraón hacerle el disco. Fue la primera edición de Little Butterfly Records. Estuvo increíble. Me encanta ese disco; hicimos un laburo muy lindo, un arte que está bueno. Lo hicimos en Argentina. Ahí retomé el trabajo de hacer discos.

El segundo y tercer lanzamiento de Little Butterfly fueron trabajos de coedición. Acompañaron a Laja Rekords (de Brasil) y Rastrillo Records (de Argentina) para sacar el cd Tutti Frutti, de Silverados, y participaron —junto con sellos de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay— en la edición del vinilo doble Macumba, de Hablan Por La Espalda.

—Luego de estas tres primeras ediciones del sello, que fueron muy aisladas y sin un rumbo muy claro, hubo un stop de un largo tiempo. Siempre me mantuve muy activo en el coleccionismo discográfico, y desde ese lugar conecté con colegas, compradores y vendedores. Así conocí a Santiago Cabo, que es mi socio actual en Little Butterfly.

Como coleccionistas, Mauro y Santiago notaron que en los últimos años se habían reeditado en el exterior varios álbumes clásicos de la música uruguaya. El sello estadounidense Lion Productions había sacado discos de Eduardo Mateo, El Kinto, Hojas, Montevideo Blues, Limonada, Opa, Vera Sienra, Miguel y el Comité; y el sello español Munster Records había reeditado a Totem, Mike Dogliotti, el Sexteto Electrónico Moderno. Se preguntaron: ¿por qué no acá?

—A partir de 2014 empezamos a meterle mucho pienso y a buscarle una identidad. Encontramos nuestra misión: “Recuperar grandes obras de la música uruguaya en formato vinilo”. Pensamos en algunos discos con los que nos gustaría trabajar. Santiago y yo coincidimos en algunos, pero también tenemos gustos diferentes, venimos de lados distintos. En mi caso particular, vengo del hardcore, pero sin estar cerrado a ningún género.

Los socios les propusieron algunos proyectos a Sondor y a Bizarro Records. De aquellas reuniones surgió la posibilidad de reeditar cuatro discos: Ideación y Psiglo II, de Psiglo, Cuerpo y alma, de Eduardo Mateo (los tres de Sondor), y Deliciosas criaturas perfumadas, de Buitres (de Bizarro). Paralelamente, se embarcaron en otro proyecto, similar a aquellos que habían dado origen al sello: la edición de Sangre, el último trabajo de Hablan Por La Espalda. Al igual que Macumba, Sangre se editó en colaboración con sellos amigos.

Crisálida (Cuando la oruga se vuelve lo suficientemente grande, se envuelve en un capullo.

Allí dentro experimenta una notable transformación)

La nueva etapa de Little Butterfly Records (luego de aquellos tres primeros trabajos de 2009) comenzó entonces en 2015 con el lanzamiento en conjunto de estos cinco vinilos. Los discos llegaron a Uruguay tras ser fabricados en GZ Media —la principal fábrica productora de vinilos del mundo—, ubicada en Loděnice, un pueblo industrial de República Checa, e importados desde España.

—Hay conexiones que vienen de muchos años atrás, de la época del hardcore. Uno de los socios del proyecto es Munster Records, el sello español. Si bien nosotros somos independientes, utilizamos la logística de Munster. Fabricamos los discos en República Checa y los llevamos a un depósito que tienen en España. Desde allí los importamos. A la vez, utilizamos la distribución global de Munster: nuestras ediciones llegan a Estados Unidos, Japón y todo Europa.

Los discos se reeditan a partir de las cintas originales, siempre que sea posible acceder a ellas. Se digitalizan en Uruguay y luego pasan por un proceso de masterización analógico, específico para vinilo, en un estudio español a cargo del técnico Ángel Álvarez.

—Nosotros invertimos en este proceso, porque después, si no se realiza este trabajo, podés mandar un máster a la fábrica que está pensado para sonido digital y cuando lo ponés en vinilo se revientan los graves, quedan saturados a mitad de volumen. Nuestros discos tienen un nivel de producción de sonido de primera línea. En ese sentido, nos sentimos orgullosos: Little Butterfly no tiene nada que envidiarle a ningún sello independiente de cualquier parte del mundo.

La segunda tanda de discos apareció entre 2016 y 2017. Se reeditaron los álbumes homónimos de Opus Alfa y Días de Blues, y apareció la que es, a mi criterio, la gran joya de su catálogo: Chau, de Jorge Barral.

—Ese es el disco del corazón. Es primera edición. El Flaco Barral lo grabó y al otro día se fue de Uruguay. Quedaron las cintas en Sondor y nunca se editó. Sondor tiene un archivo increíble y ha sido muy colaborador con nuestro proyecto. A nivel comercial, el disco de Barral es muy de nicho, pero ellos igual bajaron las cintas e hicieron todo ese trabajo de recuperación de la obra.

Finalmente, en 2018 lanzaron otros tres vinilos: la reedición de Maraviya, de Buitres, Some Silly Songs, un ep con cuatro canciones nuevas de Los Mockers, y Hay una chica en mi camino/Despedida, un single de Hablan Por La Espalda junto a Juan Wauters.

El tiraje de los discos suele ser de 500 ejemplares (salvo el de Maraviya que fue de 1.000). Cuerpo y alma ya va por su tercera edición, en un vinilo de hermoso color blanco.

—La edición original de Cuerpo y alma, de 1984, fue de 100 y pocos discos y 200 casetes. No existe. En 30 años la edición de Little Butterfly va a ser también única. Van a ser discos de colección.

Mariposa (Tan pronto como la mariposa salga de la crisálida,

bombeará sangre a las alas con el fin de ponerlas en funcionamiento y poder volar)

Además de recuperar obras fundamentales y editarlas en vinilo de alta calidad, Little Butterfly busca dotar a las ediciones de un concepto artístico y de un texto informativo, basado en una investigación histórica y musicológica a cargo de colaboradores calificados.

—La investigación es parte fundamental de la misión del sello. Los discos tienen una historia para contar. Por ejemplo, la edición original de Psiglo II, que fue muy limitada en cantidad de copias y que apareció ocho años después de la grabación, salió sin uno de los temas, a causa de la censura. Además, el disco traía información incorrecta, mencionaba una formación de la banda equivocada. Nos pareció que al momento de reeditarlo teníamos que corregir estos errores. Entonces, contactamos a Fernando Peláez.

Peláez es el autor de De las cuevas al Solís, uno de los libros fundamentales de la bibliografía musical uruguaya, e hizo, para Little Butterfly, la investigación y el texto para las reediciones de Ideación, Psiglo II, Opus Alfa y Días de Blues.

Diego Zas se encargó de la investigación de Deliciosas criaturas perfumadas y Nelson Barceló de la de Maraviya. Para la reedición de Cuerpo y alma trabajaron con el gran Guilherme de Alencar Pinto. Por medio de Guilherme, se contactaron con Jaime Roos.

—Jaime nos permitió utilizar un artículo que escribió en 1984 para la revista Jaque, en el mismo momento en que salió el disco. Estuvo bueno porque es en tiempo real. “Usen esto”, nos dijo, “no tengo nada mejor para escribir”.

La edición de Chau, de Barral, tuvo un trabajo especial. Esteban Leivas y Hamlet Faux, quienes en 1973 habían tenido la intención de editarlo, confeccionaron el texto que la acompaña, además del propio músico. Faux había comentado en De las cuevas al Solís: “El disco de Barral estaba pronto. Hasta la carátula estaba hecha, que iba a ser doble e iba a incluir todas las letras y la información. Entonces, como Barral se fue, dijeron ‘al carajo este disco’. Llegaron a decir que las cintas se habían perdido o que las habían borrado”.

Sin embargo, las cintas se conservaron y 44 años después de la grabación el álbum finalmente vio la luz.

—Nosotros contactamos a Barral, Faux y Leivas y en el insert del disco ellos hablan. Fue muy importante espiritualmente para ellos haberse reencontrado con ese momento. Y el disco salió y es maravilloso. Tuvimos menciones en los Graffiti, ganó el premio a mejor diseño de arte. Lo mandamos a fabricar en papel crudo, con una textura onda el Harvest, de Neil Young.

Para la portada, utilizaron el dibujo que Esteban Leivas había realizado en el 73, en el que un pelilargo Barral se va de Uruguay en barco y en cueros. El rediseño del arte del disco estuvo a cargo de Leonardo Bianco. Mariano Balderramo se ha encargado del arte de varias de las ediciones del sello, trabajando en las contratapas y en los inserts, rescatando fotografías desde viejos vhs. Zelmar Borrás —de Atolón de Mororoa— hizo el arte del ep de Los Mockers y el single de Hablan Por La Espalda y Juan Wauters.

Futuro (Cuando la mariposa cobra vuelo, inmediatamente busca reproducirse para que el ciclo vital se reanude)

Cuando habla de las próximas ediciones de Little Butterfly, Mauro se entusiasma.

—Pienso en la cantidad de discos que se podrían hacer y me vuelvo loco: de Eduardo Darnauchans, de Fernando Cabrera, de Jorginho Gularte. La tambora, de Jorginho, me vuela la cabeza. Me encantaría hacer uno de Los Estómagos, por ejemplo, le pondría un amor inmenso. Ahora vamos a editar discos nuevos, que se merecen el formato vinilo. Ya está fabricado El sonido bendito, de Los Nuevos Creyentes, y estamos metiendo en fábrica el nuevo de Motosierra. En cuanto a la reedición de obras fundamentales, ya tenemos licenciado Descarga, de Totem, y Botija de mi país, de Eduardo Mateo y Rubén Rada. Guilherme ya hizo la investigación para ambos. También estamos abriendo el proyecto hacia el exterior: licenciamos Agujero interior, el disco consagratorio de Virus. Le vamos a dar el cuidado con el que venimos haciendo todos nuestros discos.

Little Butterfly Records puede visitarse de martes a viernes de 12.00 a 21.00 (horarios de julio) en Sinergia Design (entrada por Eduardo Víctor Haedo 2244).

 

La nota recitada por Gonza:


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