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  • Gera Ferreira

Viejas costumbres nuevas


Para escuchar mientras leés: The National.

Cuando la veas (o si ya la viste) podés estar de acuerdo o no, pero vos y yo bien podríamos ser personajes de Los Modernos (2016). Jóvenes y emprendedores a los que la inestabilidad económica persigue; entusiastas buena onda de la filosofía callejera y del indie; expertos en encontrar la paja en el ojo ajeno y de armar un tabaco a media sonrisa cuando llega la hora de conversar. Habitantes taciturnos de los bares donde hay buena pizza, diletantes, sombríos, almas desaforadas con roce a derrota y con alguna victoria sobre los hombros. La película de Marcela Matta y Mauro Sarser procesa muy bien este imaginario, nos pasea por escenarios de Montevideo y de la adultez. En muchos momentos te vas a sentir identificado, o porque viste a algún amigo haciendo de extra o porque vos y yo podríamos ser personajes de Los Modernos, girando entre conversaciones que tuviste, tenés o vas a tener este finde cuando metas una noche de vinilos en el Andorra o te caiga mal una flor en un cumple de una casa de altos o termines en la cama con alguien que recién conociste en la puerta de Bluzz y al otro día te arrepientas. Los Modernos, que no lo son tanto y a los que el cambio cuesta más que ninguna otra cosa.

El tema central de la película, al menos eso creo, son los hijos. Es una preocupación generacional y una disyuntiva latente en la vida de las tres parejas que la protagonizan. Cada pareja ofrece una perspectiva diferente sobre el asunto. Sin embargo, me pasó que nunca vi del todo a los padres, solo pude reconocer proyectos de padres, prototipos ideológicos con discursos bien narrados pero con los que me costó interiorizarme de manera fluida. Capaz que fue porque no se nos da mucha información sobre el pasado de cada personaje, no sabés cómo llegaron y entonces es más difícil comprender sus peripecias, sus encrucijadas. Por ejemplo, ni siquiera Clara (Noelia Campos), que en la película tiene dos hijos, se comporta como una madre “real” al inicio (con todo lo problemático que tiene, lo sé, la utilización de ese término aquí), como si sus verdaderos hijos fueran los que quiere tener con Fausto (Mauro Sarser) y no los que ya tuvo. En fin, existe una visión crítica manifiesta sobre el tema y se ponen en tela de juicio los valores que normalmente asociamos a esos eventos.

La vi tres veces y recién de la segunda a la tercera empecé a notar otra claridad. En serio. Porque más allá de que vos y yo podríamos ser personajes de Los Modernos, para romper la distancia con la que me topé —debido a los prejuicios con los que muchos enfrentamos el visionado de las películas uruguayas: lentitud, diálogos acartonados, frialdad, ausencia de movimiento, etcétera—, la cosa no es sencilla de arranque. Pero lo bueno es que nada de esto sucede en Los Modernos, al revés, hay un marcado intento por dejar atrás aquellas prácticas, por asimilarlas y definitivamente darlas por superadas. A medida que avanza la cinta, la trama se vuelve cada vez más compleja con relación al asunto central y la verdad es que sería una bizarreada de mi parte tirarles alguna línea más al respecto. Mis viejos nos tuvieron a mí y a mi hermana en un momento en que tener hijos era como hoy tener una mascota, o sea, algo bastante natural. Aparecían los botijas y capaz que no tenías para morfar, pero eso sí, había amor de sobra y eso era suficiente. No se hacían mala sangre y si venía un pibe había que manejarse. Mis viejos dos por tres rememoran con diversión (esa que solo se procesa así cuando las cosas salieron bien) las penurias que pasaron. Gente humilde, trabajadora y con una dignidad de novela, como los tuyos, seguramente, porque vos y yo podríamos ser personajes de Los Modernos y porque con el tema de los hijos muchos repetimos una y otra vez la frase “quiero tener, pero por ahora no”, tal como lo dice uno de los personajes de la película. La historia te quiere hablar de cerca y lo consigue. Y ahí estuvo el desafío mayor, creo, conectar. Qué tan egoístas somos, qué tan piadosos, qué tan copaditos, qué tan obtusos, qué tan libres, qué tan miedosos; cuánto amor tenemos para dar realmente, cuánto estamos dispuestos a sacrificar. La respuesta, obvio, está en cada uno, pero antes de ver Los Modernos yo pensaba una cosa y ahora la sigo pensando con mayor certeza: los padres no se forman, se hacen; los hijos no se piensan, se tienen.

Sobre Los Modernos (Uruguay, 2016): Dirección y Guion: Marcela Matta, Mauro Sarser Protagonistas: Noelia Campo, Mauro Sarser Duracion: 135' Elenco: Federico Guerra, María Paz Rodríguez, Stefanía Tortorella, Marie Hélène Wyaux Estudio: Actodeviolencia Cine

-Disponible para alquilar o comprar en Vimeo. -Se puede ver también el 10 de junio en el Ciclo de Cine y Psicoanálisis. Debate sobre el film Los Modernos, en Life Cinemas Alfabeta.

*Las fotos fijas son de Jeremías Segovia.

 

La nota recitada por Gera:


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